He estado con fiebre la semana pasada, ni fui a trabajar un par de días. De hecho aun ando regular, no al 100%. Será la edad y los achaques, está uno mayor.

Se me acumulan los temas, las ideas, las idas de pinzas y las pajas mentales. Necesito soltar lastre por aquí. Al final va a resultar que me he enganchado a esto de los blogs más de lo que yo pensaba.

El amigo Villar, con el vídeo del fary, es la segunda vez que me pisa una entrada. Supongo que es normal que personas con las mismas amistades y el mismo entorno coincidan en este tipo de cosas. A veces las casualidades no son tales.

El caso es que la primera vez que me pisó la entrada fue para hablar de Facto de la fe y las flores azules. Una bocanada de aire fresco en este putrefacto entorno musical en el que nos encontramos. Y digo putrefacto, por que no es que la música, entendiendo como tal el negocio musical actual, se esté muriendo, es que anda muerta ya hace unos años y ya apesta a descomposición.

Y lo poco decente que sale a la luz, lo queman y explotan hasta que lo que te gusta terminas por aborrecerlo. Me ha pasado con Fito, yo que tenía todos los discos del señor Cabrales, desde que eran Platero y tú. Su primer disco en solitario no me disgustó, es más, me gustaba bastante, era muy bueno. Tan bueno era que salió del submundo del Rock&Roll, donde no hay presupuesto para marketing y chorradas, y pasó a las radio fórmulas, y comenzó a gustar al público en general, para mi desgracia.

Su segundo disco, también muy bueno, pero esta vez la maquinaria comercial estaba al acecho, dispuesta a exprimir hasta el último politono, con el doble de presupuesto para marketing que para producción musical. Estoy hasta la polla de Fito, llevan un año poniéndonos su disco a todas horas en la radio. Me encantan las fresas, pero si me las dieran todos los días terminaría aborreciéndolas.

Y se que él no tiene culpa, que es un genio, y como tal este chiquitín (chikitin por que me lo crucé una vez por la plaza de España y era la mitad que yo) se ha hecho un estudio en su casa del norte hace ya tiempo, donde compone y hace colaboraciones con otros grupos, bebiendo de la música y creándola, con mayúsculas y sin estar rodeado de arreglistas y ordenadores que apañen la voz. Para algo lleva ya años en la música, y ya nada tiene que demostrar.

Toda esta pataleta viene al caso de que dicen que la música está muerta. Y bueno, es que no hay nada más que escuchar la Oreja de Van Gogh, Estopa, Alejandro Sanz, o su prima hermana para empezar con la cagalera musical. Discos llenos de arreglos y ecualizaciones, llenos de vídeos promocionales y poses casuales, perfectamente estudiadas por asesores de imagen. Música y artistas amordazados por una forma de hacer negocio que está condenada a muerte.

Y menos mal que nos queda Portugal. Menos mal que nos quedan los grupos amateurs de garage, donde la industria no llega, menos mal que nos queda el otro lado del atlántico, donde muchos grupos aun no han sido descubiertos, o que simplemente para no saturar el mercado musical español no importan. Menos mal que el arte no puede morir, por mucho que nos lo digan para crearnos una culpabilidad para que compremos discos, por que el arte, es parte de la esencia y de la naturaleza humana, con todas sus contradicciones.

La sociedad actual nos lleva impulsando desde hace años en la cultura del consumo, del tener para ser feliz. Poseer. Nadie puede comprarse tantos discos, ni sostener ese modelo de mercado donde ya en soporte sobre el cual viaja la música es el objeto del negocio.

La música sobrevivirá, no pagaremos discos, sino que pagaremos la música directamente en sistemas de descarga de calidad, que al eliminar el soporte e intermediarios quedará tan abaratada que será realmente accesible. Pagaremos la música en directo, como se hacía antes. Con la invención del gramófono, sucedió exactamente lo mismo que ahora, pero al revés. Ante un cambio la gente reacciona con sorpresa y adversión (os acordáis de SARA?). Antes de que la música pudiera ser recogida y reproducida en los lugares ambientados con música, incluso bares y restaurantes, la música era ejecutada por músicos de carne y hueso (recordar la película del pianista o cualquier peli del oeste, donde siempre había un músico).

El caso es que no, que no se va a morir, que hay que cambiar, que un tipo forrado con una casa en cada uno de los continentes no me puede llorar ni decir que le están robando. Que aprendan de Ivan Ferreiro, que ofrece su ultimo disco gratis online, con cientos de giños a sus fans, de los que seguro obtendrá la remuneración económica que su música merece, pero no comprando trozos de plástico redondos. Es cuestión de imaginación y de que la industria se reinvente.



Os iba a hablar de Hanna, pero lo dejaremos para mañana porque me he enrrollado demasiado.