Lapsus

Por motivos que no vienen al caso, he vuelto a descubrir el gusto por escribir, en principio de forma privada, cosas que no lee nadie, incluso a veces una vez escritas no las leo ni yo, simplemente dejo que reposen, como si necesitara sacarlas, ordenarlas al escribirlas para volver a tomarlas dentro de mi y pasar página.

Si amigos, un día que me sobre dinero y esté aburrido me pago un psiquiatra, de momento escribo.

El caso es que con el boom de las redes sociales, todo lo que anda por Internet corre demasiado deprisa, más si cabe a como lo hacía hace unos años. Es por esto, que pensando que algunas cosas que escribía estaría bien ponerlas en el blog, en lo bueno que me hacía escribir de vez en cuando, he decidido que para sentirme más libre de escribir lo que quiera, lo voy a hacer privado.

Como tampoco quería complicarme mucho la vida con lo ya publicado, he decidido dejarlo todo como está, y aprovechando eso de “año nuevo vida nueva”, he abierto un nuevo blog.

http://newlapsus.blogspot.com/

Para poder ver su contenido tendréis pedirme que os invite, os llegará un correo a la dirección que me deis. Este email es de los que más utilizo: 
 
  
Sé que es un rollo, disculpas adelantadas.

 

Sois unos cochinos, mentes sucias y reprimidas... en fin menudo público tengo... no, esta entrada no tiene nada que ver con "eso"...

El caso es que mandé el otro día un paquete contra reembolso, y había yo calculado en la web de correos lo que me iba a costar, y no di ni una señora!

Picado por la curiosidad, me estudié el ticket que me dieron al enviarlo hasta entender que mi paquete no era un paquete. La señora del mostrador de correos no lo consideró lo suficientemente grande como para llamarlo paquete (a ver esas mentes cochinas!). Lo consideró "carta certificada".

Un paquete es una carta. Bien. Ahora entiendo que las oposiciones de correos no eran tan fáciles como parecían. En la web pone que si no excede de 2kg y ciertas medidas, es carta y no paquete. Vale, tampoco iba a leerme la letra pequeña de las tarifas.

La cosa quedó tal que así:

Carta certificada (más de 500gr): 6,84 €
Servicio de reembolso 1,46 €
Total 8,3 €


Tras enviar el paquete la carta pensé que bueno, a esperar el dinero y a vivir que son dos días. Otro error. Ahora mi servicio contra reembolso se había convertido en un giro postal. Acabáramos. Yo quería enviar un paquete contra reembolso, y he terminado enviando una carta y recibiendo un giro postal. Definitivamente no hubiera aprobado las oposiciones a correos, mi lógica me lo hubiera impedido.

La recepción del dinero acabó así:

Giro Nacional (domicilio, llevan el dinero a casa): 1,6 €
0,80% del importe del giro (71 €): 0,57 €
Total: 2,17 €


Mis 71 euretes se quedaron en 68.85€, mi paquete no era paquete sino carta... ni una había acertado. Encima para colmo según miro en su web, si en vez de que me lleven a casa el dinero, me lo ingresan en la cuenta del banco, me hubiera ahorrado 1.6€... definitivamente no entiendo a correos.

 

Internet está lleno de chorraditas, así que os voy a ahorrar la molestia de buscarlas:

Un mini-minigolf muy entretenido: http://www.adverputt.com/

Meeeeeeeec: http://www.meeec.com/

El vecino te jode? Aquí tienes munición, simplemente sube el volumen de tu ordenador antes de salir de paseo: http://jodealvecino.com/

En fin, nada como Internet para perder el tiempo. Para terminar NO pulséis el botón que se lía.



 

Al igual que trato de ir ordenando cosas, a ratos, día si, muchos no, trato de ir reduciendo la carpeta que contiene cientos de películas que descargué sabiendo que tardaría en verlas, de hecho todas están obsoletas.

El caso es que bueno, vamos despachando muy lentamente, pero algo veo. Las últimas que he visto y que me atrevo a recomendar son estas:
Y en cuanto a series no os perdáis Malviviendo. Se ve online directamente desde su web. Serie española, con bajo presupuesto pero con grandes dosis de humor y realismo de unos fumetas de barrio Sevillanos.

Y ya que hablamos de series, me han comentado que debería ver "Spartacus". Parece espectacular. Sólo me la ha recomendado uno persona, y al igual que con los médicos, pido una segunda opinión, ¿alguien la ha visto?

 

Me he reído bastante con esta entrada. Os la recomiendo:

http://www.elsentidodelavida.net/las-cosas-del-follar

Y ya que nos ponemos con el tema...


No todo va a ser follar - Javier Krahe

 

Operación bikini

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Basta con ver la televisión en el horario maruja, por las mañanas y sobre todo después de comer, para encontrarse con anuncios de esos productos adelgazantes que te hará ser la reina de la playa, o ese pepito piscinas que el gran Fernando Esteso esculpió en nuestro subconsciente.

Por mi parte, los que me conocen saben que no está entre mis pocas preocupaciones este tema. Y para los que no me conocen, les dejo una imagen de hace ya tiempo, del verano del 2008 (tener en cuenta que estamos ordenando, aun tengo carpetas con fotos y documentos por colocar).

La verdad es que la silla tenía ya varios años, y había pasado largas horas sentado en ella, pero no deja de ser llamativo la torsión del hierro. Para los que se se imaginan el momento, mi sentido aracnido aderezado con un movimiento a lo matrix impidió el, supongo que deseado por algunos, trompazo.

 

Las casualidades exquisitas son esas que te producen una sorpresa que es imposible de obtener de forma artificial por más euros que se tengan, son las que suceden muy rara vez, y que con los años aprendes a reconocer.

Cuando te suceden, algo dentro de ti te dice que lo que está aconteciendo se está grabando en esa parte de la cabeza donde se inmortalizan los grandes momentos, esos que sabes que nadie podrá arrebatarte, que por más que peines canas, o dejes de peinar cualquier cosa, seguirán acompañándote.

Quiso la casualidad que resolviéramos por fin a cumplir uno de esos planes inconclusos que se dicen y se quedan en el aire. El plan carecía de grandes pretensiones, simplemente ir a un restaurante en Portugal donde se comía bien, en grandes cantidades, muy económico y singular.

El Restaurante Adega Velha era una bodega convertida en restaurante. Desde el principio de la calle se observaba cierto revuelo, gente esperando a por una mesa supusimos. Según nos acercamos constatamos algo que Abraham, ideólogo del viaje (gracias por el viaje!) ya nos había advertido, y es que es habitual que en el sitio los hombres del pueblo canten canciones populares sin más instrumentos que sus voces.

Ya al entrar al local Manuel reconoció que lo que cantaban era la "Grândola, Vila Morena". Reconozco con vergüenza que me tuvo que explicar que significaba la canción. Con esos ingredientes la escena tomaba otro color, una especie de blanco y negro digna de un episodio de Cuéntame.

Mientras esperábamos la mesa, diversas canciones portuguesas se sucedieron, y la Grândola se repitió casi por petición popular, ya que al corro de hombres que cantaba se iban uniendo voces de forma espontánea, algunas de ellas desde diferentes puntos del restaurante. Se palpaba en el ambiente un sentimiento de patria que me produjo una inevitable envidia.

Quiso la casualidad (y mi ignorancia) que aprendiera qué es, y sobretodo que significado tiene esa canción para los portugueses, el día antes a la conmemoración del 36 aniversario de la incruenta Revolución de los Claveles.

Quiso la casualidad que se registrara en mi memoria el sonido de la canción en una bodega que ,a modo de cápsula del tiempo, conservaba con dignidad todo lo antiguo, en la que los mayores del pueblo la cantaban con la voz ronca que te impone los años y el aguardiente con el que brindaban.

Para colmo de la magia del día, del lugar, de la compañía, de los cánticos, de la comida... nos interrumpieron un par de veces la comida para recitar versos, en español y portugués. Irrepetible.

Felicidades Portugal!


 

Ordenando

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Al igual que seguramente le pasa a tu madre (tengo que escribir un día sobre las madres de nuestra generación, incluso comenzar unos grupos en facebook del tipo "señoras"), que con la primavera aprovecha para hacer limpiezas brutales con acotamiento de áreas que ni los hombres de Harryson, me ha dado por ordenar cosas.

Suelo llevar las cosas al extremo, es decir, que hasta que no hay una buena montaña de papeles que me estorba no me decido por ordenarlos. Los voy amontonando sin más. He de decir en mi defensa que siempre encuentro mis cosas, se en que montón están. Otro ejemplo de llevar las cosas al extremo es espero a tener el poco pelo que me queda largo, y cuando ya casi me hace greñas, para meterme un buen pelado. De las uñas de los piés en invierno mejor ni hablamos, vale?

El problema de ordenar cosas está en que si hace mucho tiempo que no lo haces, te puedes encontrar con tareas que habías dejado para luego, aparte de nuevos sitios donde comenzar a acumular cosas rompiendo la promesa que te has hecho hace 5 minutos de no dejar que se te vaya de las manos.

Yo he empezado por ordenar mis marcadores, que es algo así como mi escritorio virtual. Hablamos de más de 1000 items. Una de las categorías que tengo son cosas que quisiera publicar en este blog, de eso que cuando lo leo me trae algo a la cabeza que podría escribir con más o menos gracia por aquí. Ese apartado tiene más de 100 items. Más de 100 entradas atrasadas.

Pero al menos esas entradas no están empezadas. Lo digo porque tengo 34 entradas a medio escribir, a la espera de completarlas o de incluirles alguna foto particular.

En fin, seguiremos tratando de ordenar cosas, tanto en casa como en la oficina, que tengo una montaña de papel de 2 cuartas y pico. Como ya he dicho, parte de esta pequeña etapa de ordenar cosas, está en tratar de ir dando salida a las entradas sin acumularlas. A ver lo que me dura.

 

La luz!

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Este año, cada vez que hay un acontecimiento climatológico en mi casa se va la luz. Esto hace que me ponga a hacer actividades que en cualquier otra situación no haría, como la última vez que me he puesto a ordenar un altillo de un armario.

La falta de luz significa que no puedo comer porque no puedo calentar la comida, no puedo ducharme porque no hay agua caliente sin la luz, no puedo evidentemente ver la tele, usar el ordenador, navegar por Internet aunque sea con el móvil, etc. Además unido a que siempre me pilla solo en casa, no puedo ni comentar la sitación, ni echar un parchís...

Para colmo siempre se va a la hora de comer en fin de semana. La primera fue una sorpresa, fue el día en que nevó y me pilló calentando la comida en el microondas. De repente se apagó el microondas y pensando que pueda ser el aparato que en ese momento estás utilizando pruebas con cualquier cosa que tengas a mano, empecé a encender las luces de toda la casa como intentado acotar el problema. Luego vi que nada funciona, fui a ver el diferencial a ver si a saltado y nada, compruebo que aparentemente esta todo bien. Luego miré por la mirilla de la puerta de casa, para asegurarte de que no hay vecinos, y entonces salí rápidamente (despeinado, sin duchar, en pijama y bata, con las pantuflas de estar en casa...) a darle a la luz de las escaleras y nada. Ahí ya decidí ver hasta donde llega el problema, y me asomé a la calle a ver si notaba algo (que mierda vas a notar si son las 2 de la tarde, dijo la neurona que menos bebió la noche pasada). Me quedé mirando nevar.

Esta segunda vez me pilló tumbado en el sofá en mitad de una película, a eso de las 4, pero esta vez, sabiendo que cuando caen 3 gotas se va la luz, ni me moví para comprobar que no era el único que se había quedado sin luz. Vago que es uno, se me ocurrió una manera eficaz y friki a partes iguales de averiguar la situación eléctrica de mis vecinos: Comprobé las wifis disponibles con el movil. Ni una sola. Silencio absoluto. Todo el edificio está sin luz, y seguramente los del edificio de al lado tampoco tienen, debe de ser algo gordo y va a tardar... Sin cambiar de posición, tumbado en el sofá, cogí la primera revista que había en la mesa y me puse a leer hasta que la luz volvió.

 

Cine con resaca

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En mis fines de semana, unos de mis momentos preferidos es el domingo tras comer, tempranito, a eso de las 2, prepararme un café y ver una buena película. La película la suelo elegir con tiempo, el día antes normalmente, a ser posible que sea algo larga, para estar el suficiente tiempo en el sofá para irme recuperando de la resaca del infame garrafón que despachan.

Me suelen gustar bastante las películas que tienen una voz en off que presentan la historia, o aliñan la imagen con los sentimientos íntimos del protagonista. Además para colmo me suelen gustar las películas españolas, me parecen más humanas, más cercanas y reales, me gusta poder ubicarme más fácilmente en los escenarios, pensar que lo que sucede en la película puede ser algo que ocurra no muy lejos de mi, y que ya de paso, no tenga muchas tonterías como bien decía el gran Resines:




El caso es que este fin de semana ha tocado película española, una de David Trueba, “Bienvenido a casa”. Me ha parecido genial, de esas películas que te alegran al día, y si te dejas llevar, te lo pasas bien, te ríes con las situaciones, los personajes, etc. Frases como la que le dice “Contra” a Eva como “Tía tienes que entender a los hombres, no es fácil convivir con una polla aquí (señalándose la cabeza) todo el rato dándote consejos”.

En fin no escribo más, no quiero reventar la película a nadie y además quiero hacer entradas cortas, que luego me da pereza escribir en el blog. La película, sólo por ver a la radiante Pilar López de Ayala y a Ariadna Gil ya merece el rato.