Al igual que seguramente le pasa a tu madre (tengo que escribir un día sobre las madres de nuestra generación, incluso comenzar unos grupos en facebook del tipo "señoras"), que con la primavera aprovecha para hacer limpiezas brutales con acotamiento de áreas que ni los hombres de Harryson, me ha dado por ordenar cosas.

Suelo llevar las cosas al extremo, es decir, que hasta que no hay una buena montaña de papeles que me estorba no me decido por ordenarlos. Los voy amontonando sin más. He de decir en mi defensa que siempre encuentro mis cosas, se en que montón están. Otro ejemplo de llevar las cosas al extremo es espero a tener el poco pelo que me queda largo, y cuando ya casi me hace greñas, para meterme un buen pelado. De las uñas de los piés en invierno mejor ni hablamos, vale?

El problema de ordenar cosas está en que si hace mucho tiempo que no lo haces, te puedes encontrar con tareas que habías dejado para luego, aparte de nuevos sitios donde comenzar a acumular cosas rompiendo la promesa que te has hecho hace 5 minutos de no dejar que se te vaya de las manos.

Yo he empezado por ordenar mis marcadores, que es algo así como mi escritorio virtual. Hablamos de más de 1000 items. Una de las categorías que tengo son cosas que quisiera publicar en este blog, de eso que cuando lo leo me trae algo a la cabeza que podría escribir con más o menos gracia por aquí. Ese apartado tiene más de 100 items. Más de 100 entradas atrasadas.

Pero al menos esas entradas no están empezadas. Lo digo porque tengo 34 entradas a medio escribir, a la espera de completarlas o de incluirles alguna foto particular.

En fin, seguiremos tratando de ordenar cosas, tanto en casa como en la oficina, que tengo una montaña de papel de 2 cuartas y pico. Como ya he dicho, parte de esta pequeña etapa de ordenar cosas, está en tratar de ir dando salida a las entradas sin acumularlas. A ver lo que me dura.