En mis fines de semana, unos de mis momentos preferidos es el domingo tras comer, tempranito, a eso de las 2, prepararme un café y ver una buena película. La película la suelo elegir con tiempo, el día antes normalmente, a ser posible que sea algo larga, para estar el suficiente tiempo en el sofá para irme recuperando de la resaca del infame garrafón que despachan.

Me suelen gustar bastante las películas que tienen una voz en off que presentan la historia, o aliñan la imagen con los sentimientos íntimos del protagonista. Además para colmo me suelen gustar las películas españolas, me parecen más humanas, más cercanas y reales, me gusta poder ubicarme más fácilmente en los escenarios, pensar que lo que sucede en la película puede ser algo que ocurra no muy lejos de mi, y que ya de paso, no tenga muchas tonterías como bien decía el gran Resines:




El caso es que este fin de semana ha tocado película española, una de David Trueba, “Bienvenido a casa”. Me ha parecido genial, de esas películas que te alegran al día, y si te dejas llevar, te lo pasas bien, te ríes con las situaciones, los personajes, etc. Frases como la que le dice “Contra” a Eva como “Tía tienes que entender a los hombres, no es fácil convivir con una polla aquí (señalándose la cabeza) todo el rato dándote consejos”.

En fin no escribo más, no quiero reventar la película a nadie y además quiero hacer entradas cortas, que luego me da pereza escribir en el blog. La película, sólo por ver a la radiante Pilar López de Ayala y a Ariadna Gil ya merece el rato.