En este bendito país, todo es circunstancial. Pasadas las elecciones, ya casi todos los fuegos están apagados, joder, parece que todo marchara bien, ni crisis ni leches. Y además, como toca puente, pandereta, y muñecos por las calles redoados de velas (que no ardiendo como salían en la peli de Misión Imposible), pues ya si que se olvida todo.

Pero ordenando los enlaces me he encontrado con uno que apunté, pero que me guardé porque no me interesaba demasiado hablar de política en el blog con los ánimos tan calentitos como estaban en época de elecciones.

Salió una noticia en la que un estudio de una profesora de la Universidad San Pablo-CEU, perteneciente al grupo de estudios de población y sociedad, en la que se desmentían varios tópicos que se suelen soltar en las discusiones sobre inmigración.

Siempre se tiende a afirmar sin datos en este país, bendito país. Se da como verdadero el argumento de que las emigraciones que habían hecho los españoles en otra época habían sido ordenados y con papeles.

En el análisis histórico de la emigración española durante los siglos XIX y XX que hace esta profesora se afirma que al menos la mitad de los españoles eran "sin papeles".

Durante la presentación del estudio rompió algún que otro tópico en estas manidas conversaciones, como la de que sólo emigran los más pobres. Según la profesora, la emigración tiene un coste que requiere una renta mínima para poder afrontarlo.

Es absurdo cuando un argumento sin fundamentos se da como válido por el simple hecho de no conocer ningún dato o estudio a favor o en contra, simplemente lo das como válido porque te lo han dicho muchas veces.

Pasar una buena semana santa, que se pasa volando, que no te das cuenta y cuando menos te lo esperas es lunes por la mañana y está sonando el despertador.