¡Que no cunda el pánico! Es la barriga cervecera de siempre, no ha pasado nada.

Pero el fin de semana pasado me encontré con una compañera de carrera que hacía tiempo que no veía, y mientras nos quejábamos sobre las mierdas de sueldos que cobramos, me soltó la noticia bomba. Estaba embarazada, lo sabía hace muy poco.

Y hace tan sólo unas semanas mi amigo Gustavo igual, nos llamaba emocionado, incluso creo que el predictor aun estaba caliente (perdón no he podido evitar hacer el chiste). Pero fue enternecedor (si, en alguna parte tengo sentimientos) como Gus nos llamó uno por uno para decir que estaban embarazados. Anda que no le hacía ilusión a Gus tener un niño. O niña. Mucha suerte va a tener ese niña, sobre todo con sus tios facultativos que le van a comprar grúas y tractores amarillos si es niño, y si es niña también, por aquello de la igualdad. Manolo se ha empeñado, y yo con él.

Vamos a subir la natalidad de España a este paso... o es que ya nos va tocando. Al principio te jode que tus colegas de toda la vida se echen novia. Claro, tienen "cosas" más importantes que hacer, es normal. Luego un día te echan un jarrón de agua fría por encima, se casan. Se casan los muy cabrones. Y ahora esto, se están embarazando!!!

No se, supongo que llegadas ciertas edades es lo que toca y el rezagado soy yo. Supongo que a muchos, sobre todo muchas, el instinto tira y escuchan el tic tac del reloj biológico (ya sabéis que me gusta dar explicaciones antropológicas a todos estos follones, nunca mejor dicho). Pero no se, mi reloj debe de ser digital, por que yo no escucho nada. Si acaso lo que siento es que hace mucho frío en mi cama y que me empieza a cansarme un poco el llegar y que no haya nadie.