Pues si, 10 años ya. Me di cuenta el otro día con mi mensengeriano compañero de mañanas, y sin embargo amigo Villar, de que hace 10 años que nos conocimos en la universidad. Aquel 1997 (leer esto con la misma voz en off del cuéntame) muchas personas no tenían ni puñetera idea sobre que carrera estudiar, y muchos perdidos se encontraron en una estraña y nueva facultad que nadie sabía exactamente para que servía y que no estaba en el campus universitario, sino dentro de la ciudad. No había demasiadas opciones en Badajoz para la gente de letras y letras mixtas, por que hace años alguien muy ordenado decidió que en el campus de Badajoz iban las carreras de ciencias y en las de Cáceres las de letras.

Lo bueno que tenía la facultad (grandioso para mi jajajaja) era unas salas de informática que eran la envidia de las demás facultades. Recordar que estamos hablando (ahora poner voz del abuelo de los simpsons) de una época en la que el messenger no existía (era el irc), y muchos no tenían ni teléfono móvil!!! Empezaba internet, por aquella época tenía en mi casa una hucha al lado del ordenador, por que varios de mis amigos venían a casa a conectarse por el antiguo infovía, que se pagaba por tiempo, y claro yo en casa tenía que pagar mis tiempos de conexión que con tanta gente era un pastón y no me alcanzaba con la paga para el internet y las palmeras de chocolate...

El caso es que esa sala de informática, con todos sus ordenadores y su conexión de banda ancha (por aquella época banda ancha era cualquier cosa que sobrepasara los 5kbps, ahora lo mínimo que se gasta en adsl son 100) eran una gran alternativa a las clases, un punto de reunión diferente a las aulas. Además como éramos no más que un 10% de personal masculino, rápidamente nos conocimos todos en interminables desayunos en la cafetería La Moncloa, donde alguna vez se nos había juntado el desayuno con las cañas.

De toda esa gente, al final nos hemos quedado 5 cafres de mucho cuidao, que con el tiempo y las cervezas hemos congeniado, pasando cientos de noches juntos y realizado algún que otro viaje (no tantos como quisiéramos, somos dejaos y nos gastamos fortunas por las noches). Además mantenemos la tradición de salir todos los viernes noches, es como la noche de los niños de la facultad, algo cuasi sagrado. Esa noche nos ponemos al día de todas las historias acaecidas durante la semana a cada uno de los muchachos.

Supongo que como no hemos hecho la mili, ni falta que nos ha hecho, lo que nos ha aportado la facultad es eso, el habernos conocido. De hecho creo que es el único motivo por el que no me arrepiento de haber ido a la universidad, ya que la realidad de la carrera y las expectativas reales de la misma dejan mucho que desear, y a quien me venga a dar la coña con que eso no es así, que me diga cuantas personas de las que estudiamos alli trabajan de eso mismo.

Gracias a la Universidad nos conocimos, tienen razón esos que dicen que lo mejor de la vida universitaria no es el fin, sino el camino, el paso por las aulas, el conocer a gente y hacer amigos. Realmente son etapas, uno cuando va al cole tiene amigos del cole que con el tiempo deja de ver y pierde esa amistad. Luego vas al instituto y tienes amigos de instituto, que luego se van a estudiar fuera o te vas tu y pierdes la amistad. Lo mismo pasa con los amigos de la carrera, y nos seguirá pasando con lo amigos del trabajo. Según vayamos cambiando el entorno muchas amistades se estropean. Pero de entre esa selección darwiniana, se van manteniendo algunas amistades que permanecen etapa tras a etapa junto a ti, y de las que sientes necesidad, y te aportan cosas. Esas son las buenas, hay que cuidarlas y regarlas como a una planta dicen... y yo a las amistades de la facultad las riego, vamos que si nos regamos...

En fin, que os quiero "amiguitos de la facultad".