Hace ya más de un año que impartía clases de informática a nivel de usuario y algunas muy básicas, casi de iniciación. La verdad es que no sabía que dar clases me fuera a gustar tanto, aunque era muy cansado por que eran malos horarios y muchas horas. El caso es que recuerdo cuando tenía que explicarle que es Internet a la gente siempre ponía los mismos ejemplos. La mayoría de la gente eran de mediana edad, y tenían la idea de Internet que se da en los informativos. A decir verdad, Internet es como mi ciudad, que sólo sale en los telediarios para las cosas malas y desgracias diversas.

Además tenía ya preguntas estrellas, preguntas que grupo tras grupo me terminaban haciendo para despejar dudas técnicas y sobre todo desmentir mitos y falsas impresiones que tenían tras escuchar en los medios que en Internet solo hay pederastas, violadores, chorizos que te asaltan la cuenta del banco, y no se cuantas estupideces más... y claro, parecía que entrar en Internet era como entrar en el peor suburbio de Nueva York.

Una de esas preguntas estrellas era algo así como preguntarme a que edad se podía entrar, como si Internet fuera un bar, o tuviera que clasificar la edad mínima para el visionado de una película, y al final ponía siempre el ejemplo de que Internet es como la calle, que hay de todo, bueno malo y alguna que otra sorpresa.

Que al principio no podías salir solo, tenías que ir con alguien que te enseñara las normas básicas, luces de los semáforos, aceras, coches, donde esta tu casa, donde el cole, donde la casa de la abuela, donde estaba un parque donde ya si te soltaban la mano, y por donde no se debía caminar por que era peligroso. Y todo esto se producía bajo la atenta mirada de la persona responsable que te había sacado de casa.

Luego te haces algo mayor y ya te dejan salir de casa solo, pero al igual que no te dan la llave de casa para entrar y salir, sino que tenías que pedir permiso para entrar y salir, y no a todas las horas, y no muy lejos, sino a sitios conocidos. Pues con Internet igual.

Hay mucho contenido en Internet específicamente desarrollado para público infantil, y considero que no potenciar el acercamiento desde pequeños a la informática e Internet es crear analfabetos, y aunque a aquellas personas se veían apabulladas por la tecnología y muchas veces incluso por el conocimiento de sus hijos, les decía que si, que realmente es importante tener un ordenador en casa, conexión a internet, de igual manera que es importante a esas edades desarrollar otras facetas como la lectura, el deporte, o la alimentación sana.

Otra de las formas que solía utilizar para explicar Internet era compararlo con el lenguaje. Internet en su amplio sentido no es más un lenguaje, una forma de comunicación que puede ser usada para múltiples propósitos, y no por eso es menos buena o menos mala. El lenguaje e Internet son elementos que humanizan el mundo que nos rodea, lo que lo hacen bueno o malo, útil e inútil es la naturaleza humana, ese es el peligro.

Y todo esto ha vuelto a la memoria al ver un vídeo que tiene ya un tiempo, pero que en mi opinión da en el clavo. Debería de venir con todos los ordenares que seguramente han irrumpido en navidad en muchos hogares como regalo familiar. Internet no es la televisión (es mejor), ni tampoco es una niñera que se ocupe de los pequeños de la casa.


Antes de despedirme y desearos un buen fin de semana, deciros que ando algo liado, a la par que perezoso, y además he decidido tomarme el blog con más calma por un tiempo. Como dicen insistentemente algunos, es que no tengo tiempo.

Espero que hayáis sido buenos, que no hayáis encargado los regalos al gordinflón rojo de la cocacola, para que los reyes os traigan muchos regalos.